El sector productivo que representamos nos exige monitorear permanentemente las variables de la economía y actuar en consecuencia, sobre productividad y sobre rentabilidad.
Pero la ruralidad y el cooperativismo agropecuario, de tanta historia en el país, también nos exige un seguimiento de la temperatura social, ya que nuestras familias viven en localidades, donde nuestro trabajo rural impacta directamente e indirectamente. El arraigo y el derrame que la producción genera sobre la economía del interior del país, está entre nuestras prioridades.
Estos temas nos motivaron a continuar haciendo la gimnasia de la gestión gremial con una perspectiva de faros largos. Es por eso que estamos trabajando en un plan estratégico para que la entidad, aún ante una coyuntura con vaivenes y desigualdades, según la actividad, intentamos que no se pierdan de vista las cuestiones estructurales que un renovado Coninagro nos exige. Nace así el Plan estratégico 2020.
Frente a esta situación nos urge reflexionar sobre los valores, que empapan nuestras acciones profesionales, institucionales y personales; también exige una reflexión sobre el trabajo y el compromiso que cada uno de nosotros, para con nuestra comunidad y con nuestra institución.
Queremos un CONINAGRO virtuoso, que trabaje con planificación, con voluntad de hacer.
Los valores del cooperativismo, que nos acompañan desde la génesis misma de nuestra vocación de servicio, servirán también para conducir a un Norte, que será nuestro objetivo, por el que bregaremos en los próximos años.
Estamos trabajando por un Coninagro 2020, por una institución sólida, que tenga en cuenta a la familia rural y a la familia cooperativa.
Queremos seguir trabajando en equipo, es decir descentralizar la operatividad de Coninagro, en nuestro interior, con sentido federal, para que cada uno de nuestros productores se sienta verdaderamente representado.
Es necesario destacar dos virtudes de nuestra actividad cooperativa: la solidaridad, como actitud de vida que responde a una prestación de servicio; no sólo como hábito personal sino también para desarrollar actividad comercial, con herramientas económicas, financieras, y productivas. Y desde nuestros productores, cooperativas primarias y federaciones, la reciprocidad, que nos permite mejorar nuestro posicionamiento tanto en productividad, en calidad y hasta en precios, en la cadena de valor, hecho que impacta más en las economías regionales.
Vamos a consolidar lo que ya iniciamos, donde cada uno de nosotros aporte, ya sea desde lo técnico o lo político, un granito de arena que contribuya a consolidar una entidad lista para la gestión gremial en los tiempos por venir.