Acerca de esta problemática se expresó el presidente de Coninagro, Elbio Laucirica: “las medidas deben ser pensadas en función del productor y su desarrollo, estamos preocupados por estos datos que arrojan los relevamientos y visitas que hacemos a nuestros productores y desde el año pasado venimos apoyando al sector lechero que no ha sido beneficiado por los programas implementados. Un caso concreto es el del dólar soja que está perjudicando totalmente a la lechería, que acarrea trastornos productivos por la seca y además padece la falta de políticas económicas hacia el sector. Nuestros productores lecheros venden en pesos pero pagan sus insumos en dólares. La vaca consume suplementos y demanda alimentos que están compuestos en gran parte por subproductos de la soja, y esta aumenta en dólares trasladándose el problema a los tamberos”.
“El litro de leche que percibe el productor está por el piso y los costos que debemos afrontar están por las nubes”, sintetizó por su parte el referente del Foro de Lechería de Coninagro, Javier de La Peña, que es también miembro de la Asociación Unión Tamberos Coop. Ltda y de la Junta Intercooperativa de Productores de Leche, que a su vez calificó a la situación como “límite”, tras asegurar que luego de varias notas enviadas al Gobierno Nacional hay demasiada preocupación en el sector.
En tanto, a la hora de analizar los pormenores de la compleja situación, De La Peña manifestó: “Los respectivos programas de dolar Soja (1-2-3 y 4) y Maíz, sumado a la escasa ayuda que produjeron los Planes Impulso Tambero demuestran la falta de criterio y el desconocimiento que se tiene de un sector que es el mayor proveedor de trabajos rurales y el desarrollador de la zona que rodea a las cuencas Lecheras”, a lo que agregó: “El primer factor que alteraron los “Dólar Soja” fue el costo de los alquileres, los tambos alquilan el 50% de la superficie que utilizan y compiten con la agricultura, por lo tanto esos alquileres están valuados en soja, esto significa aumento de costos. A la par de esto, aumentó también el valor de los alimentos balanceados y el de los sub-productos que podemos utilizar”, pronunció De La Peña.
Asimismo, los productores cooperativistas manifiestan que los coletazos de las inclemencias climáticas siguen repercutiendo en los pueblos del interior productivo: “La sequía que estamos atravesando es la más larga que hemos transitado la mayoría de los productores agropecuarios, por tercer año consecutivo se produce un quiebre en la producción de todo lo que sembramos”, dijo De la Peña.
“Desde nuestra cooperativa estamos financiando lo que podemos, pero hay un límite, las cooperativas están con falta de liquidez”, remarcaron desde el Foro Lechero de Coninagro.
Para poner en números la contundencia de la crisis que atraviesa el sector, De La Peña aportó los siguientes datos: “En julio, estábamos produciendo con un costo de 121 pesos por litro y cobrando 107 pesos el mismo. O sea que perdíamos 14 pesos por cada litro de leche que hacíamos. Eso fue peor en agosto y está siendo peor en septiembre. ¿Por qué? Porque los costos siguen aumentando. Cada vez son más altos. Eso respecto de lo que es el costo productor. Después está lo que es la cadena y cómo están los desagregados de cada uno y cómo estamos respecto al resto del mundo en cuanto a los precios”, argumentó.
“Los tambos se fueron endeudado y los apoyos crediticios a los que se puede acceder son insignificantes para la dimensión del problema, ademas resultan difíciles de conseguir puesto que obligan a trámites administrativos que requieren mucho tiempo y un desgaste que le quita tiempo de trabajo con las obligaciones diarias, un alto nivel de burocracia y de barreras que ralentiza todo”, agregó De la Peña que redondeó la idea al comentar que: “Otra demostración de la falta de criterio es que ante una caída del precio internacional de la Leche y una caída en el consumo interno, variables que producen un aumento del stock de las industrias, se sigue sosteniendo una política de Retenciones y un dólar oficial que no favorece la salida de los excedentes que se están generando, sabiendo que en primavera, habitualmente, es cuando más leche se produce”, subrayó el productor de Coninagro.
“La consecuencia de lo mencionado es que los tambos están vendiendo vacas útiles para poder financiar el déficit que se ha producido y muchos están evaluando el cierre de sus explotaciones con el consecuente daño social que ello supone, al quedar muchas familias sin el trabajo que origina la actividad”, concluyó y remató enfáticamente al sostener que” No podemos ni debemos dejar que se sigan rematando tambos”.
Se adjuntan estudios del (Observatorio de la cadena Láctea Argentina) OCLA