Como preveíamos, la recuperación del diálogo, generado generado para nuestro sector cuando el Ministro de Agroindustria recibió a la Comisión de Enlace, y encuentros con los titulares del Banco de la Nación Argentina y del Senasa, ha cambiado el espíritu de lo que se espera para el futuro. Esta nueva etapa, sin embargo, nos genera también compromiso de trabajo, donde la interacción público privada será clave para un mejor desarrollo de la actividad que nos involucra.
Se inició un tiempo donde la agenda nos invita a trabajar primero en las prioridades, necesidades y proyectos para nuestro sector. Debemos mirar al mundo y proyectarnos con un objetivo claro, Debemos definir hacia dónde vamos. Hay que definir qué le falta al mundo y con qué productos podemos contribuir, para dejar de proveer productos tradicionales y apostar a los productos con agregado de valor. Necesitamos ser estrategas.
Como productores, los integrados en el movimiento cooperativo, tenemos que trabajar en la integración con los países vecinos para llegar en bloque al mundo. Seguramente, si fuéramos solos, llegaríamos más rápido, pero todos juntos llegaremos más lejos.
Pero ganar el mundo no debe significar desatender el mercado interno y regional. Debemos apelar a nuestras oportunidades y fortalezas como cooperativas, y llegar a las góndolas en forma más directa. Tenemos que llegar al consumidor con nuestros productos sin la carga de la intermediación, pero acercando calidad y cantidad. Las cooperativas deberíamos multiplicar las bocas de expendio de productos cooperativos.