La competitividad multidimensional de las Economías Regionales creció 1,7 interanual, pero su desempeño económico continúa en retroceso. El Índice de Competitividad de CONINAGRO (IC) creció 1,7% interanual, recuperando parte del terreno cedido durante 2018 y 2019. En la antesala al Congreso Internacional 2020 de Coninagro, evento que se realizará el 9 de noviembre vía streaming y cuyo eje tratará sobre Alimentos sustentables en Argentina, el estudio arroja que la mejora se debió principalmente al aumento de los rendimientos, a la mayor diferenciación de productos, al incremento de la competitividad/precio de las economías en su conjunto y a condiciones climatológicas más favorables, aunque este último tuvo un empeoramiento considerable durante el tercer trimestre de 2020.
El incremento de la competitividad de las economías regionales radicó en el crecimiento de 4 de las 7 dimensiones que componen el índice. Durante el primer semestre de 2020, el sector agropecuario se desenvolvió en mejores condiciones climáticas que permitieron que la dimensión de Recursos Naturales mejorara 8,6% respecto a igual período de 2019. En este sentido, luego de la fuerte sequía de 2018 y de inundaciones y granizo ocurridos durante 2019, el clima fue una condición favorable para los resultados productivos. Sin embargo, estos registros obedecen a estudios que abarcan el primer semestre del año, puesto que el factor climático empeoró notoriamente en los últimos meses, conduciendo inclusive a la declaración de Emergencia Agropecuaria en varias localidades afectadas y comprometiendo la competitividad de las economías regionales a futuro.
Por su parte, la dimensión de Sector Externo consiguió crecer en el primer semestre gracias al aumento de las exportaciones y a la mejora de la competitividad precio de las mismas. En este sentido, a pesar de que el tipo de cambio real multilateral de Argentina retrocedió durante los primeros seis meses de 2020, la reducción de los derechos de exportación para varias economías regionales en marzo pasado (hortalizas, papas, algodón, cítricos, manzanas, uvas, vino, arroz, girasol, carne ovina, carne porcina, maní, etc) permitió que la competitividad-precios de los productos argentinos mejorara respecto a igual periodo de 2019.
No obstante, el área de Economía de Coninagro señaló que «luego del primer semestre del año, el clima pasó de bueno a situación de sequía en gran parte del país, en tanto que la baja de derechos de exportación en marzo sigue sin resolver los problemas de compras en el exterior, así como los problemas de incertidumbre en la compra de insumos hacia adelante».
Por su parte, la dimensión de Infraestructura que compone el Índice creció 25,8% i.a. en la primera mitad de 2020 debido al aumento del transporte de productos de economías regionales a través vía ferroviaria, modalidad más económica y eficiente que mejora la rentabilidad y la competitividad de las actividades. En esta línea, ante las restricciones que impuso el aislamiento social, preventivo y obligatorio este tipo de transporte fue fundamental para garantizar que las producciones regionales lleguen a los puertos y así asegurar el abastecimiento del mercado interno.
Asimismo, la Calidad y Diferenciación de los productos de economías regionales continuó mostrando mejoras sostenidas. En el primer semestre de 2020, la cantidad de productos que consiguieron sellos de valor agregado aumentó casi 30% i.a. y el rendimiento productivo de las actividades logró crecer 0,5% i.a., lo que mejora la oferta exportable y las posibilidades de inserción internacional del sector.
Como contraparte, la dimensión de Entorno Macroeconómico e Institucional fue la que mayor retracción exhibió (-12,1% i.a.), producto de la parálisis de la actividad económica que llegó a registrar en el segundo trimestre de 2020 la mayor caída del último siglo (PBI -19,1% i.a.). En este contexto, las características de la dotación de mano de obra con la que cuentan las economías regionales (dimensión Población) empeoraron, las mismas contaron con mano de obra más pobre, con menor cobertura médica y sin mejoras en su nivel educativo, lo que termina por afectar la productividad de las mismas y la competitividad del sector en el largo plazo.
Por otra parte, el Desempeño Económico de las economías regionales no logró escapar de la magra dinámica. En la primera parte de 2020 el desempeño de las economías regionales se contrajo 1,4% i.a. debido al fuerte rezago que experimentó el precio pagado a los productores frente a la inflación y a la caída del consumo interno.
El Índice de Competitividad multidimensional de Economías Regionales de Coninagro, (ICER) es una construcción metodológica que permite medir y representar, mediante un único número, la evolución de la competitividad conjunta de diversas economías regionales argentinas.
En relación a las economías regionales que exhibieron un incremento de su competitividad multidimensional en el primer semestre de este año, se destacan las que experimentaron un aumento de su demanda interna debido a los cambios de tendencias de los consumidores durante la pandemia. Tal es el caso, de cítricos, peras, manzanas, hortalizas y vinos. En este sentido, en algunos de estos casos, la mayor demanda permitió que el precio pagado al productor se mueva por encima o en línea con el incremento de costos.
Lamentablemente, no se espera que la leve mejora que mostró el Índice en el primer semestre del año se sostenga en la segunda parte del mismo. La región del Litoral y zona núcleo, en su conjunto, actualmente atraviesan el segundo año más seco de los últimos 60 años -detrás de la histórica sequía registrada durante el año 2008- y los problemas de abastecimiento de insumos se intensifican. Asimismo, la extrema volatilidad del entorno macroeconómico y la creciente incertidumbre respecto de la recuperación de la actividad, auguran un desempeño complejo para las economías regionales.