El índice de competitividad de las economías regionales elaborado por Coninagro arrojó dos dimensiones positivas, “Sector Externo” y “Calidad y diferenciación” . Los detalles.
En el segundo trimestre de 2019, el Índice de Competitividad CONINAGRO (IC) mantuvo la tendencia negativa y se redujo 3,0% frente al mismo período de 2018, hilando cinco trimestres en rojo. No obstante, hay 2 variables que se mantienen en alza.
La desmejora que mostró la competitividad de las economías regionales en el segundo trimestre de 2019 se explica por un desempeño negativo en 5 de las 7 dimensiones que componen el índice: a excepción de “Calidad y Diferenciación” y del “Sector Externo”, el resto de las dimensiones mostraron una contracción.
Aunque la oferta de las actividades mejoró por condiciones climáticas favorables, el avance de los costos y el rezago de los precios que recibe el productor provocó que el desempeño de las Economías Regionales fuera débil en el trimestre. A ello se suma la marcada reducción del gasto de capital de la Administración Nacional (inversión en infraestructura) en un contexto de búsqueda del equilibrio fiscal.
No obstante, a pesar del contexto recesivo y de alta incertidumbre, el estudio muestra que las economías regionales continúan haciendo el esfuerzo por agregar valor a sus productos y poder aumentar su participación en el comercio internacional. La mejora en la dimensión de “Calidad y Diferenciación” da cuenta del incremento de la inversión en las economías, dado que incrementar los sellos de valor agregado implica eficientizar procesos productivos, agregar calidad a los productos, mejorar el estándar de producción, etc.
Este esfuerzo que hacen las economías regionales tiene su correlato en un crecimiento de las exportaciones. Al mismo tiempo, un tipo de cambio real más competitivo y a una mayor oferta traccionaron aún más los envíos al exterior. Argentina se encuentra frente a la necesidad imperiosa de generar divisas genuinas para hacer frente al pago de la deuda externa y volver al crecimiento. En esa línea, promover la competitividad de las economías regionales es parte de la solución y del camino que la economía debe transitar para alcanzar el desarrollo esperado.
El Índice de Competitividad de Economías Regionales elaborado por CONINAGRO permite medir y representar, mediante un único número, la evolución de la competitividad conjunta de diversas economías regionales argentinas
Para la confección del índice, se partió de un concepto amplio y multidimensional de la competitividad:
‘La competitividad de las Economías Regionales es el conjunto de factores a nivel nacional, provincial y sectorial que determinan la productividad de las mismas. A su vez, la productividad de las Economías Regionales determina el nivel de prosperidad que pueden alcanzar los territorios en los que se desenvuelven.’ De esta manera, se entiende a la competitividad de las economías regionales como un fenómeno sistémico, donde las características del territorio provincial en el cual se desenvuelve la actividad productiva, las variables socioeconómicas vigentes en el país y los factores intrínsecos de cada economía regional determinan la competitividad de las mismas y ésta, a su vez, la productividad. Además, se entiende el aumento de la productividad como un medio para alcanzar un mejor bienestar de la población de influencia de cada economía regional. Es decir, es un concepto de competitividad que no sólo busca reflejar factores económicos sino también aspectos referidos al bienestar social, la calidad institucional y la influencia del entorno
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Nota: el próximo Índice de Competitividad de Coninagro será publicado y difundido en noviembre