La cadena láctea argentina está atravesando un escenario complejo. Un cúmulo de factores que enumera Javier de la Peña, productor agropecuario de Santa Fe y representante de la Junta Intercooperativa de Productores de Leche, explica por qué el sector está en alerta, agravado severamente por las inclemencias climáticas que impactan sobre esta economía regional: “por tercer año consecutivo estamos padeciendo una importante sequía en nuestra zona y el impacto negativo no abarca solo la cuenca santafesina, sino también la cuenca cordobesa, entrerriana y bonaerense, afectando a las principales zonas productoras de leche del país. Entre Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires se produce alrededor del 90% de la leche argentina”, indicó el productor vinculado a Coninagro en declaraciones en Radio Nihuil.
“La producción venía creciendo entre un 2, 3 y hasta 4 % anual, pero este año se estancó y terminaremos igual que el año pasado. Vemos que estamos por encarar un años sin reservas y en el que las pasturas no rinden como precisamos. Sigue sin llover, pero aunque hubiera precipitaciones no podremos compensar el daño ocasionado por la seca”, agregó.
Asimismo, De La Peña explicó cómo se diagrama un ciclo productivo referido a la lechería para ejemplificar las problemáticas que atraviesa el sector: “Las inversiones que se hacen en un campo, por ejemplo para optimizar la genética de las vacas, suelen ser a cinco años. La vida promedio útil de una vaca lechera es de 3 lactancias. Una vaca que va a parir dentro de 9 meses, tiene luego 18 meses de recría para volver a preñarla y va a estar pariendo a los 2 años después de que nació, ahí ya tenemos 3 años del ciclo. Va a cerrar su primera lactancia un año después, ahí ya son 4 años, y tendrá picos de rendimiento en su segunda o tercera lactancia. O sea que es una inversión a cinco años. El problema es que ahora se están achicando los modelos”, sostuvo De la Peña, quien es también miembro del Foro de Lechería de Coninagro.
“Los insumos en dólares los pagamos más caros y los insumos en pesos no están regulados. Cuando lanzaron el programa Soja 2, comparando el 15 de agosto de este año y el 15 de diciembre, la soja aumentó un 92%, el maíz un 45%y el expeller de trigo un 45%; son todos alimentos que nosotros usamos en el ciclo productivo, mientras que el litro de leche que percibe el productor aumentó apenas un 22%”, lanzó.
“Hoy no puedo sembrar soja, ni maíz, ni nada. Ante este escenario podría reconvertirme a productor de carne, en ese caso a un bien preciado como una vaca lechera le tendría que dar un uso de carne, y así algo que en un año razonable vale 3, lo voy a terminar vendiendo en 1,5”, se lamentó De La Peña que acto seguido pronunció: “El Estado ha establecido dos mecanismos para regular los precios: tenemos retenciones a las exportaciones y un dólar diferencial para exportar. De la producción total de la leche argentina se exporta el 25%, por eso si decidieran cerrar las exportaciones no creo que debamos importar leche, eso estaría cubierto, y hay que dejarlo en claro”, dijo.
Finalmente De la Peña sostuvo que: “El mercado interno está regulado por el programa precios cuidados. Tenemos un mercado cautivo para vender y todos los insumos tienen aumentos individuales por fuera de ese esquema. Es muy dificil poder seguir sosteniéndolo. Los tambos que no tienen espalda y los pequeños productores que ordeñan ellos mismos sus vacas se van a empezar a caer o deberán vender al valor que puedan. Con este panorama, a partir de febrero se podría empezar a sentir este problema porque se están agotando las reservas de los tambos”, finalizó.