Queda claro que continúa una fuerte intervención en las exportaciones y en esas condiciones no hay nada que justifique imaginar un Plan Ganadero o Programa de incentivos que requiere, como insumos esenciales confianza, compromiso y estabilidad a largo plazo. La producción de carnes argentinas, lejos de estar estancadas, han mostrado una capacidad de cambio, adaptación y resiliencia extraordinarias, generando 100% más de producción de carnes y un 1400 % más de producción de granos transformándose en uno de los sectores más destacados y dinamizantes de la economía argentina.
“Nosotros tenemos que buscar un esquema transversal. Debemos ir por la regionalización de las medidas. Las medidas generales y que no tienen una mirada regional que aborde la especificidad de cada región, desestabilizan y no dan previsibilidad. CONINAGRO está a favor de la exportación y de fomentar la producción, incluyendo medidas acordes al tipo de explotación ganadera y de carnes en cada zona. Es exactamente todo lo contrario de lo que piensa el Gobierno. Le hicimos saber al Presidente que no estamos de acuerdo”, sostuvo Carlos Iannizzotto tras la reunión de hoy en Casa Rosada.
Hace 50 años Argentina contaba con aproximadamente 50 millones de cabezas de ganado y producía alrededor de 2,7 millones de toneladas. De las cuales exportaba cerca del 20% y consumía un 80% que, en función de la población, equivalían a cerca de 85/90 kg por habitante y año. Este volumen al que le sumaban entre 7 y 10 kg de las otras carnes le permitía alcanzar un consumo total de carnes cercano a 100 kg. Tal fue el avance de la agricultura que en 50 años pasamos de cosechar 14 millones de hectáreas a mas de 37 millones en la actualidad que lógicamente y en su enorme mayoría se restaron de la superficie destinada a la producción ganadera.
La producción de ganado vacuno alcanza hoy un stock 10% superior y una producción 15% más alta que en el pasado. En paralelo y merced a la capacidad de reinventarse, la agroindustria incrementó la producción de las otras carnes un 1200% gracias, entre otras cosas, al crecimiento en la producción de granos que hoy permiten más que duplicar la producción de las carnes que permite un consumo promedio de 115 kg de carnes por año sin contar los aproximadamente 5 kg de pescado que le permite liderar el consumo de carne a nivel global.
“La solución es producir más pero la señal es producir menos. Si restringen están perjudicando a los más débiles, productor y trabajador. Nadie puede asegurar absolutamente nada del precio, hay factores extra que inciden y no tienen vinculación con la cadena cárnica”, agregó el dirigente.
“Creemos que esta no es la solución y es una mala señal para el sector trabajador. Tenemos que optar por una mayor producción y regionalización de cada una de las producciones”, enfatizó Iannizzotto
Se estima, según datos oficiales, que cada uno de los 23 millones de hectáreas de los mejores suelos ganaderos que pasaron a la agricultura permitían mantener, con criterio conservador, 1 animal vacuno adulto a lo largo del año por hectárea. Para expresarlos en producción anual de carne es importante considerar que la tasa de extracción anual (cabezas a faena sobre stock adulto) alcanza en promedio el 35% por lo que en la producción potencial de los 23 millones de hectáreas cedidas a la agricultura hubieran permitido producir anualmente alrededor de 1,85 millones de toneladas adicionales que, sumada a la producción actual, permitiría alcanzar cerca de los 5 millones de toneladas reconocidas por el propio Gobierno como un objetivo extraordinario.
Por su parte, el vicepresidente de la entidad, Elbio Laucirica, reflexionó: “Es muy importante diagramar un Plan Ganadero que incentive la inversión productiva en pasturas, verdeos, gestión del conocimiento y tecnología digital, genética, sanidad, etc, porque no va a volver la ganadería a ocupar los mejores suelos, sino que debemos intensificar y hacer más eficiente la producción de carne; y por otro lado urge estabilidad en las políticas públicas, esto acarrea un efecto grave por medidas gubernamentales de cierre y apertura de mercados, es para el sector de la ganadería muy importante, por ser de gran inversión y ciclos largos contar con reglas previsibles”.
La breve descripción de los hechos, cuyos datos surgen de las estadísticas oficiales, permiten afirmar que la producción de carnes argentinas, lejos de estar estancadas, han mostrado una capacidad de cambio, adaptación y resiliencia extraordinarias, generando 100% más de producción de carnes y un 1400 % más de producción de granos transformándose en uno de los sectores más destacados y dinamizantes de la economía argentina.
Para redondear, el presidente de Coninagro, indicó: “El anuncio real es que hay restricciones. Aunque sea menor hay una restricción a cortar. Esto es una mala señal, no podemos darle ninguna garantía a nadie de que el precio de la carne, se torne accesible. Hay otras medidas más urgentes que tiene el gobierno, que están vinculadas a la necesidad del tema impositivo e inflacionario. Seguramente habrá una respuesta del campo, luego de esto. Nos han invitado a participar de un Plan Ganadero, que seguramente vamos a participar como siempre ha hecho CONINAGRO. Vamos de la mano del acuerdo y el consenso, pero también con énfasis decimos que no es el camino la restricción, porque bajará el precio al productor y no bajará al consumidor. Veremos qué respuestas exigen nuestras bases”, sentenció.
Temas técnicos a considerar propuestos
- Más terneros por vaca con tecnología aplicada y presión impositiva soportable
- Más kilos por animal faenado, con financiamiento adecuado
- No a la venta de medias reses y el estándar sanitario único, con controles en serio
- Régimen especial para pequeños productores ganaderos para que que todos sigamos en carrera