El presidente de Coninagro evaluó que “las previsiones referidas ya parecen desactualizadas. La inestabilidad macroeconómica lleva a que las cifras rápidamente pierdan referencia”.
Por caso, si comparamos el proyecto 2021 con el 2022 observamos una variación de 58,9% en la estimación del gasto y de 46,9% en el cálculo de recursos. Pero si se observa la estimación vigente del presupuesto actual, la variación prevista sería de 21% respecto al gasto y 18,5% en relación con los recursos.
De un primer análisis del proyecto de Presupuesto 2022 surge que el sendero fiscal propuesto por el Gobierno no está lejos de ser compatible con el programa que se prevé que se presentará al FMI (con algún ajuste adicional e incluyendo pautas plurianuales algunos actores relevantes sugieren que el Gobierno estaría cerca del “acuerdo promedio”). Sin embargo, un desequilibrio fiscal primario todavía importante (3,3% del PBI) combinado con un Banco Central con escasas reservas (y en baja), además de un control de cambios creciente que traba cada vez más el proceso productivo y un mercado local de capitales reducido frente a compromisos financieros internos y externos inminentes, todo ello muestra que a partir de 2022 se requerirá mucho más que un programa de ordenamiento fiscal con el FMI.
En relación a lo expuesto, el presidente de Coninagro, Carlos Iannizzotto cuestionó el proyecto de Ley por considerarlo “un conjunto de inconsistencias”. El dirigente cooperativista reclamó que: “es un cúmulo de datos expuestos pero sin programa económico, social ni político. No sabemos las pautas de la negociación con el FMI y tampoco este presupuesto las orienta. El contexto sigue siendo de alta presión tributaria, alta inflación y alto déficit fiscal”, pronunció, a lo que agregó: “Aprobar esto no sería mas que convalidar la situación de pobreza y desempleo que padece el país, en forma desordenada y desatinada seguimos entre la falta de inversión y de desarrollo”, sostuvo y para redondear criticó el rol de la oposición al sugerir que “debe rechazarlo por falta de seriedad técnica”.
Las previsiones que prevé el Proyecto de Ley de Presupuesto de la Administración Nacional para 2022, cuyo informe estima un crecimiento del Producto Bruto Interno (PIB) en términos reales de 4% para el de 2022, una inflación de 33% para diciembre de 2022 y en cuanto al tipo de cambio nominal, las variaciones previstas ascienden a 28% para el año 2022, no parecen convalidadas por las expectativas del mercado y por los análisis de organismos internacionales.
No aparecen indicios que permitan prever una desaceleración de la tasa de inflación y no se reconocen problemas pendientes de solución como el déficit fiscal, la inflación reprimida, los precios relativos distorsionados, el tipo de cambio retrasado, la escasez de reservas en el BCRA, la exageración en la presión tributaria, la baja tasa de inversión, la brecha cambiaria y la frágil situación financiera ante los acreedores externos.
“El proyecto encadena debilidades de origen, tal como surge del hecho de que la inflación es ya hoy mucho más alta de lo que se preveía en el proyecto de presupuesto original. Además, entendemos que hay una devaluación reprimida en la brecha cambiaria que no se está considerando como riesgo.”, indicó Iannizzotto
Asimismo, el titular de la entidad cooperativista se mostró preocupado por el tema tarifas, al sostener que “se prevé una reducción de subsidios del 2,2 al 1.5% del PBI, lo que seguramente se compensará con aumentos de tarifas”, lamentó.
En materia de ingresos, en el Proyecto se calculan ingresos totales de la Administración Pública Nacional en $10,06 billones equivalentes al 16,7% del PIB, lo que implica un incremento del 39,8% con respecto a los $7,19 billones que se prevén recaudar al cierre de 2021.
En tanto, los ingresos tributarios de 2022 se proyectan en $6.409.706,2 millones (+38,9% frente al estimado para 2021), lo que representa el 10,65% del PBI.
En lo referido a un tema particularmente sensisble para el sector agroindustrial, el titular de Coninagro, Carlos Iannizzotto, manifestó: “según el proyecto del PEN, los recursos totales provenientes de los Derechos de Exportación, terceros en importancia recaudatoria, mostrarán un incremento de 21,5% anual, aportando el equivalente al 1,85% del PBI en 2022. Nunca está de más reiterar que las retenciones son un impuesto distorsivo a un sector tan dinamizante y pujante de la economía, con lo cual estamos atentos a los artículos 80 y 81, que prevén la prórroga hasta el 31 de diciembre de 2024 de la alícuota del 3% de la Tasa Estadística, y los límites actuales a las facultades acordadas al Poder Ejecutivo Nacional respecto de los derechos de exportación, quedando claramente en contra de que eventualmente, en un futuro, pudieran considerar subir retenciones a las exportaciones”.
“Si el presupuesto se presenta para un año, ¿por qué se amplían esas facultades hasta el 2023 y 2024? Además debe tender a reducirse y eso no ocurre, lo cual acarrea problemas de competitividad para un sector potente en términos de generación de divisas”, razonó el empresario y productor vitivinícola.
En otro orden, respecto a los pagos de capital correspondientes al acuerdo Stand-By vigente con el Fondo Monetario Internacional, según el proyecto del PEN, se espera alcanzar un nuevo acuerdo que permita extender los vencimientos. De otro modo, los vencimientos del año con ese organismo alcanzan al 4% del PBI. Sobre esto Iannizzotto opinó que los organismos internacionales le exigen a Argentina que defina su “postura geopolítica”.
“El presupuesto se sigue basando en el sistema de alta presión impositiva, alto gasto público y alta inflación, por tanto cuesta mucho esfuerzo proyectar en base a este contexto. El presupuesto ha dejado se ser la referencia para la economía porque sus cifras no representan la realidad “, cerró el dirigente mendocino.