La entidad que representa a productores y cooperativas agropecuarias conmemora la decisión de un grupo de pioneros y líderes productores que buscaban en la gestión gremial empresaria, una forma de reconocimiento a sus ideas sobre asociativismo, que creían podía ser oportuna en los momentos del país. No era simple el contexto político que se vivía en 1956, año de la fundación de la entidad.
Las federaciones fundadoras de CONINAGRO, el 18 de septiembre, fueron UCAL, Federación Entrerriana de Cooperativas, Federación de Misiones, Fraternidad Agraria, más la Federación Argentina de Cooperativas Agrarias, la Asociación de Cooperativas Agrarias Ltda. (fundada en 1950 con el nombre de Asociación de Cooperativas Agrarias Bonaerenses y que luego se llamó “La Unión”), la Asociación de Cooperativas Agropecuarias “Rosafé” (fundada en 1954 en Rosario) y la Federación Regional de Cooperativas de Río Negro y Neuquén (fundada en 1946).
Hoy CONINAGRO está conformada por 10 federaciones y 5 entidades de apoyo. Las federaciones contienen a las cooperativas que a lo largo y ancho del país son aproximadamente 800. La función de las mismas puede ser de representación gremial a nivel regional y local, de apoyo para perfeccionar las operaciones de provisión o en algunos casos de carácter comercial.
La fuerza del sistema piramidal son los productores agropecuarios que forman las cooperativas de primer grado, que se asocian a federaciones de segundo grado que a su vez están asociadas a la confederación: CONINAGRO.
En números, 120.000 productores agropecuarios están asociados a una cooperativa del sector. Ello significa un 40% del total de los productores argentinos. 24.000.000 hectáreas son trabajadas por el productor cooperativista agropecuario, sobre un total de 33.000.000 de hectáreas.
El 68% de estas explotaciones están ubicadas en la Región Pampeana. Las provincias donde se encuentra mayor participación cooperativa son Santa Fe, Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y Entre Ríos. Sin embargo nuestra representación se extiende en la actualidad además, a las provincias Misiones, Corrientes, Chaco, Santiago del Estero, Salta, La Pampa, La Rioja, San Juan, San Luis, Río Negro y Santa Cruz.
El 91% de los productores cooperativistas poseen menos de 500 hectáreas y el 54% menos de 100 hectáreas, con lo que podemos determinar que el cooperativismo nuclea a los pequeños y medianos productores.
Las cooperativas comercializan aproximadamente el 22% de la producción del campo. Granos: 20.5%, Arroz: 20%, Algodón: 14%, Lana: 7.5%, Yerba: 25%; Té: 45%, Lácteos: 26%, Miel: 20%, Vacunos: 7%, Vino: 33%, Mosto 17%, Tomate: 20%, Pimiento: 20%, Tabaco: 45%.
En cuanto a la generación de empleo por parte de las cooperativas agropecuarias de primer grado instaladas en pequeñas y medianas poblaciones del interior, generan puestos de trabajos para aproximadamente 120.000 productores empresarios asociados y 300.000 trabajadores permanentes y transitorios en esas unidades agrarias. Las cooperativas de segundo grado, es decir las federaciones y asociaciones, generan en forma directa más de 40.000 empleos y en forma indirecta, mediante la tercerización en distribución, transporte y empresas dependientes, superan las 20.000 personas empleadas.
Es importante destacar que el sector cooperativo agropecuario argentino emplea en forma directa en toda su cadena de valor, es decir desde el campo a la góndola, a los mercados y a los puertos más de 500.000 puestos de trabajo. Respecto de la participación de las cooperativas en la economía del país, las mismas facturan más de U$S7.000 millones anualmente, realizan exportaciones por más de U$S4.500 millones; contribuyendo en casi un 2% al Producto Bruto Interno (PBI) y representando el 9 % del total de la industria agroalimentaria. Participa con el 15% del total de las exportaciones primarias y agroindustriales.
Las cooperativas son empresas sociales. No pueden ser comparadas con empresas de otro tipo, simplemente porque son diferentes en todo sentido. Sus fines, principios y valores las hacen distintas y como tal deben ser tratadas desde el punto de vista societario, legal, tributario y social.
Las cooperativas son un mecanismo de asociación que los productores deciden desarrollar a través de los valores de la cooperación, de la igualdad, equidad, solidaridad, ayuda mutua y democracia. Por ello se sostiene que las cooperativas en sí mismas no persiguen ni obtienen ganancias. Por ello se las exime del pago del impuesto a las ganancias, cuando en verdad deberían estar excluidas del régimen. Sus productores asociados sí son sujetos de ganancias como cualquier otro.
Las cooperativas son el medio más eficiente y veloz de llegar a los productores. Las cooperativas no pueden vender e irse. No solo por el impedimento legal, por el cual si una cooperativa decide retirarse, el patrimonio excedente queda en manos del Estado, sino principalmente por su compromiso con las localidades donde operan.
Las cooperativas agrarias tienen como misión la mejora de la calidad de vida de los productores propendiendo a mejorar su rentabilidad y la estabilidad de su negocio. Expresan genuinamente la integración horizontal y vertical en las cadenas agroalimentarias. La diversificación y la agregación e integración hacia la góndola son mecanismos importantes para la sustentabilidad en el largo plazo de las mismas.
CONINAGRO cumple 60 años.