El presidente de Coninagro, Carlos Iannizzotto, junto al Consejo de Administración de la entidad se reunió con un grupo de técnicos para analizar de manera pormenorizada las medidas recientemente anunciadas por el Gobierno, para profundizar en qué aspectos puede aportar el sector, al mismo tiempo que detectó aspectos positivos y negativos, enmarcados en un cuadro de situación en el que Coninagro se ha mostrado activa desde la propuesta y la gestión para destrabar, por ejemplo, el conflicto en el transporte de alimentos entre jurisdicciones, y haciendo un seguimiento a otros temas tanto coyunturales como estratégicos que refieren al sector.
En la reunión de trabajo se ponderó que haya bajado la alícuota a las retenciones, puesto que el rumbo de reducir la matriz de impuestos para estimular exportaciones fue marcado como positivo.
En tanto, la salida a la presión sobre el dólar es la doble acción de aumentar oferta (exportaciones con menos retenciones) y bajar la demanda direccionando los pesos a otros mercados. Es necesario una oferta ajustable a dólar link, en uvas, commodities, etc muy fluida e idealmente con incentivos contundentes, preferentemente fiscales; desde CONINAGRO entendemos que hoy el ahorrista o inversor aún las percibe como “escasas” a esas ventajas frente a un dólar CCL que ajusta 100% anual.
El contexto no acompaña, se hace más complejo sin confianza y todos sabemos que se ha erosionado mucho ese “valor” en los últimos meses. El inversor, ahorrista o productor piensa si estas medidas son temporales o se sostienen en el tiempo para poder armonizar y planificar, más allá de la vertiginosa coyuntura.
En la misma semana donde se anuncian nuevas medidas, también se conocieron datos negativos para nuestra sociedad. El 40,3% de la población de la argentina está en condiciones de pobreza (18,5 millones de personas) y el 10,5% es indigente (4,7 millones de personas), y el 56,3% de los niños son pobres. Si estos datos no nos hacen replantear que esto tampoco es sostenible en el corto, ni en el mediano y largo plazo, entonces resultará complicado aspirar a solucionar integralmente los problemas que enfrenta hoy nuestro país. Adicionalmente, vinculado al empeoramiento del contexto antes descripto, el 13,1% de la población está desempleada (2,1 millones de personas). Cuesta entender cómo volvemos a repetir la misma historia, las malas políticas económicas de los últimos períodos tienen estas consecuencias, se incrementa la cantidad de personas que quedan excluidas, fuera del sistema. Entonces, la pregunta surge que es, ¿cuál es el costo – oportunidad en la decisión de las políticas que se están tomando?
En ese sentido, el presidente de CONINAGRO, Carlos Iannizzotto añadió: “Estamos seguros de que con un plan abordado con una visión federal con medidas tomadas pensando en las economías regionales se puede lograr a corto plazo empleo y desarrollo, así lo mencionamos en julio de este año cuando presentamos públicamente nuestra propuesta de Acuerdo de Inversión Productiva. Necesitamos herramientas diferenciales para federalizar la economía, políticas productivas en materia impositiva y promover una descentralización. Con los incentivos necesarios, las economías regionales podrían aportar 25.000 millones de dólares en aumento de exportaciones, ya que son una potente plataforma para ampliar la oferta de productos cooperativos exportables”.
Un tema que inquieta, según coincidieron en la mesa de trabajo, es la falta de diálogo con los sectores agropecuarios, al considerar que los anuncios en general requieren de mayor profundidad y complemento; entendemos que no hay un plan económico y que los últimos anuncios no se traducen en políticas que puedan generar inversión productiva. Seguimos sosteniendo que las mesas de trabajo están dispuestas a escuchar y hacer propuestas, poniendo en valor la sinergia entre lo público y lo privado, pero no están creados los puentes para buscar estos objetivos a través del consenso.
En rigor, en cuanto a los actores que generan ingresos de divisas genuinas, el principal problema del exportador es la brecha cambiaria y la falta de previsibilidad, considerando que las reducciones de alícuota son por un porcentaje menor y por tiempo limitado. Puede eso adelantar a alguien que preveía exportar o liquidar por necesidades hacerlo más rápido pero no resuelve el problema de fondo de desfasaje y desequilibrios que hace que quien pueda esperar no se adelantará.
En tanto, la entidad entiende que debe reverse el régimen especial para microempresas, con compensaciones en el costo laboral y seguros para cobertura por despido y de salud, ejes que fueron esbozados en el Plan Coninagro, en otras palabras; hay que proteger a los empleados y a los microempresarios.
En resumen, quedan sin resolver tres problemas: el acceso al financiamiento, la inestabilidad macroeconómica y el alto costo productivo del sistema regulativo legal (especialmente impositivo) vigente. La Argentina requiere medidas de fondo y a largo plazo para mejorar la producción para la exportación y no solo medidas de corto plazo para adelantar liquidación de divisas. El problema es productivo-comercial y no cambiario (lo cambiario es efecto de desequilibrios anteriores) y el foco debe ser el productivo-comercial. Desde la territorialidad del sector agroindustrial representado por Coninagro seguimos apostando al diálogo y al trabajo en conjunto multisectorial como herramienta positiva para el desarrollo del sistema cooperativo agropecuario en particular y para toda la cadena de valor y economía en general.