[INFORME ESPECIAL] Las retenciones a las exportaciones son un fenómeno que no se usa en la mayoría de los países del mundo y que no acompaña la capacidad productiva ni exportadora. De los 50 países que más exportan en el planeta, solo 5 imponen tributos a exportaciones y uno de ellos es Argentina. “Para cuidar la mesa de los argentinos también es importante que cuidemos a los que producen”, aseveró Iannizzotto.
Los impuestos a las exportaciones, como carga de cierta relevancia sobre la producción y para los ingresos fiscales, son tributos aplicados por muy pocos países y a la vez por países de escaso desarrollo económico o, en su caso, de escasa virtud en materia de organización productiva.
Según un estudio de Index Mundi al que accedió Coninagro, los pocos países que tienen impuestos con importancia significativa a las exportaciones en el mundo son, según la recaudación por esos tributos medida en dólares, los siguientes:
Como se ve en la lista anterior que se refiere a recaudación por impuestos a las exportaciones en términos absolutos y no en relación con la dimensión de la economía o de las exportaciones, los únicos países con “retenciones” de cierta relevancia son Indonesia, Rusia, Kazajistán, Uzbekistán, Costa de Marfil, Tanzania, Guinea, Argentina, Camboya, Irán, Camerún, Uganda y Hungría. Se trata de una docena de países de los 180 países que hay en el mundo. Asimismo, si se analiza la lista de los mayores exportadores del mundo (los más exitosos en exportar) se descubre que los impuestos a las ventas externas no están presentes entre los mayores exportadores.
“Por estos días observamos aumentos en combustibles y servicios, más una elevada presión tributaria, y este escenario, lo que hace es debilitar la confianza en el hombre de campo que trabaja sobre la especificidad de ciclos productivos, puesto que pierde previsibilidad. Está bien lo que dice el Presidente de ´cuidar la mesa de los argentinos´, pero también está bien cuidar a los que producen, al comerciante que levanta las persianas de sus negocios, no demonicemos a la exportación“, pronunció Carlos Iannizzotto, presidente de la entidad que nuclea a las cooperativas agropecuarias.
“Creemos que hay un afán recaudatorio por parte del Estado sobre un sector, en el que el 90 o 95% de su producción va a la exportación”, agregó el dirigente.
Asimismo, Iannizzotto sostuvo que “Nosotros no somos Gobierno, aunque es bueno que resolvamos los problemas juntos”, acto seguido remarcó que “La formación de precios tiene factores múltiples que lo causan, pero yo me pregunto, ¿Y el gasto público del Estado quién lo controla?”, enfatizó.
“Para la problemática de los precios del mercado local, emerge como alternativa eficiente el sistema cooperativo, donde convergen los sectores productivos, industrial y comercial. Creemos que el sector de la Economía Social, al valorar de igual medida a esas 3 cadenas integradas por productores, puede colaborar en la transparencia de la cadena de valor”, reflexionó Iannizzotto.
En sintonía con el escenario internacional, el siguiente listado (de la OMC) muestra los mayores exportadores mundiales en la última lista anual confeccionada a la fecha. Son 50 países que generan 93,3% del total de exportaciones mundiales:
Como se ve en las anteriores listas; solo Indonesia, Rusia, Hungría, Argentina y Kazajstán están entre los primeros 50 exportadores del mundo (que generan más del 93% del total de exportaciones) que imponen tributos a las exportaciones. Y entre los mayores 30 exportadores del mundo solo Rusia está presente en la lista de países que imponen impuestos a las exportaciones. Esto nos induce a concluir que los más competitivos no imponen tributos a las exportaciones y que los que lo aplican, en líneas generales, no están entre los más exitosos en materia de ventas externas. Así, 50 países generan el 95% de las exportaciones mundiales, de ellos solo 5 imponen tributos a exportaciones y uno es Argentina y como veremos más abajo es el que más recaudación por esta vía extrae al sector privado en el mundo. Al contrario, más de 95% de las exportaciones mundiales no se ve afectada por “retenciones”.
“Cuando nos referimos a computar la presión tributaria directa real sobre las exportaciones, además de las retenciones, existen en Argentina otros impuestos que pagan los exportadores como los impuestos a las ganancias, a algunos activos, a actividades financieras o a servicios de soporte de la producción, a las importaciones, en ocasiones impuestos al valor agregado en la cadena productiva, sumado a las tasas provinciales y municipales”, reflexionó el presidente de Coninagro Carlos Iannizzotto.
Para visualizar el impacto general de los tributos a las exportaciones se sugiere considerar la incidencia de la transferencia por tributos de los exportadores al fisco. O sea: medir la participación de la recaudación de impuestos a las exportaciones en la recaudación total. Y compararlo con otros países porque las exportaciones suponen que las empresas que comercializan en el exterior compiten en el mundo. En ese sentido, es el Banco Mundial el organismo que ofrece un listado de países según la incidencia en la recaudación total de los impuestos a las exportaciones. Allí ocurre que en esa lista Argentina y Kazakstán aparecen como los dos países en los que más se grava impositivamente a exportaciones en relación con la recaudación total del país.
Como se observa, Argentina comparte el nivel de país que más grava impuestos a las exportaciones en relación a la recaudación total del país, comparado con cualquier otro en el mundo. Y a la vez se advierte al comparar que la lista de países que gravan con exportaciones de modo significativo, es una lista en la que no aparecen los países o las economías más virtuosas del mundo.
Un impuesto distorsivo
El mundo exige a las empresas productoras exportadoras competitividad y atributos. Se requieren virtudes por inversión, tecnología, modelos de gestión, arquitectura de vínculos internaciones, estrategias acertadas, calidad en los productos. Las referidas retenciones afectan la capacidad productiva y exportadoras. Por eso -y como se ha visto- los mejores en el comercio internacional no afectan exportaciones, con lo que en Argentina llamamos retenciones.
Así, esas altas retenciones generan -por el contrario- efectos distorsivos como:
a) Mayores costos en la cadena productiva, industrial y comercializadora
b) Desincentivos para invertir y salir a competir internacionalmente
c) Exclusión de pymes que con menos escala no pueden acceder a niveles de eficiencia para competir con altas tasas impositivas en el proceso
d) Problemas por los cambios constantes en los niveles y alícuotas de retenciones que impiden la planificación, previsibilidad para cada ciclo agrícola productivo y el desarrollo de nuevos negocios
f) Algunos problemas internacionales formales o institucionales por que las retenciones afectan jurídicamente algunas industrias (por caso, a los biocombustibles, afectados por penalidades en los mercados mas relevantes)
g) Baja reputación para la Argentina que se transformó en un país poco confiable y riesgoso para mercados clientes en el mundo
h) Inconvenientes productivos generales porque al gravar impositivamente la producción exportable, de este modo se reduce la inversión y la producción en calidad y cantidad y eso afecta la generación de dólares e ingreso de divisas por exportaciones y también el abastecimiento local por parte de los productores exportadores que a la vez ofrecen productos internamente.